Un paso me llevo a una caminata, un cigarro directo a una
caja y un pensamiento me recorre hacia la confusión. Unas ideas me llevan a un
escrito, todo es tan confuso, no encuentro una explicación, solo me veo en el
espejo y me pregunto quién soy, vagando en mi propia mente, caminando miles de kilómetros,
hacia ningún lugar entre los campos de la locura y la soledad, yendo a una dirección.
Pronto llegare al mar, donde mi bote será la fe.
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